Por iniciativa de la Organización Mundial de la Salud el 19 de octubre se celebra mundialmente el día internacional de la lucha contra el cáncer de mama con el objetivo de crear conciencia y promover que cada vez más mujeres accedan a controles, diagnósticos y tratamientos oportunos y efectivos.
La detección precoz a fin de mejorar el pronóstico y la supervivencia de los casos de cáncer de mama sigue siendo la piedra angular de la lucha contra este cáncer.
La prevención es el mejor tratamiento
El cáncer de mama es el tumor maligno más frecuente entre la población femenina. Concienciar a las mujeres sobre la importancia de conocer las técnicas de autoexploración mamaria, las revisiones periódicas y la mamografía son fundamentales para poder detectarlo a tiempo.
La mujer debe aprender a conocer bien su cuerpo y así apreciar cualquier signo de alarma. Los especialistas recomiendan a todas las mujeres mayores de 20 años que realicen la autoexploración mamaria cada mes.
Después de los 25 años, lo mejor es que un especialista explore sus mamas anualmente. Y a partir de los 40 años de edad, es conveniente que se someta periódicamente a una mamografía.
Basta con estar un poco atenta a cualquier cambio en los senos y si se aprecia alguno, acudir con rapidez al médico, el único capacitado para valorar por medio de pruebas específicas, como la mamografía, ecografía o resonancia magnética si se trata de un cáncer de mama.
La autoexploración puede efectuarse ante un espejo para apreciar cualquier cambio en el color y textura de los senos. Una vez observadas ambas mamas, el examen se completa con una palpación.
Autoexploración Mamaria
La autoexploración debe realizarla usted misma todos los meses después de la regla, o si ya no la tiene, un día fijo de cada mes. Sólo tiene que seguir estas sencillas instrucciones:
- Colóquese delante de un espejo con los brazos caídos y compruebe que sus mamas se mantienen con el tamaño y la forma de siempre, su piel es lisa y no tiene arrugas ni asperezas y que el borde inferior es regular.
- Levante los brazos lentamente hasta ponerlos verticales y observe si encuentra alguna diferencia notable entre ambos pechos (como depresiones de la piel) o en las axilas.
- Con los brazos en alto gire su cuerpo y compruebe que no hay alteraciones en el perfil de sus mamas.
- Para proceder a la palpación, debe estar acostada. Imagine que su mama está dividida en cuatro partes o cuadrantes. Explore sucesivamente los cuatro cuadrantes de cada mama del modo siguiente:
- Lado izquierdo: Tumbada en la cama, levante el brazo izquierdo y ponga la mano debajo de la cabeza y con la mano derecha con los dedos juntos y estirados, vaya palpando sucesivamente los cuatro cuadrantes.
- Lado derecho: Levante el brazo derecho y con la mano izquierda reconozca los cuatro cuadrantes de su mama derecha. Explore las axilas detenidamente con las puntas de los dedos ligeramente curvados.
¿Qué se busca?
- Un bulto del tamaño de un guisante o una avellana (no tiene que ser doloroso). Una masa dura y densa, inmóvil al palparlo.
- Anomalías asimétricas. Generalmente sólo aparecen en uno de los senos.
- Pezón retraído (en una posición invertida a la normal).
- Cambios en el color de la areola (la piel de tonalidad oscura que rodea al pezón).
- Alteraciones en la textura de la piel de la mama (piel de naranja, rojeces, grietas).
- Incremento del número de venas visibles en uno de los senos.
- Asimetrías en el tamaño de las mamas.
La importancia de la detección temprana del cáncer de mama es fundamental ya que cambia el pronóstico de la enfermedad. El diagnóstico precoz es vital pues de él dependen las posibilidades de curación, que pueden ser del 100% si se detecta a tiempo.