El 26 de agosto es una fecha inolvidable para el mundo. En una fecha como la de hoy, del 1910, nació en Uskub, Imperio Otomano —actual Skopie, Macedonia, Agnes Gonxha Bojaxhiu, conocida universalmente como la Madre Teresa de Calcuta.
La hoy Santa, fue una monja católica de origen albanés naturalizada india, que fundó la congregación de las Misioneras de la Caridad en Calcuta en 1950. Durante más de 45 años atendió a pobres, enfermos, huérfanos y moribundos, al mismo tiempo que guiaba la expansión de su congregación, en un primer momento, en la India y luego en otros países del mundo. Tras su muerte, fue beatificada por el papa Juan Pablo II, otorgándole el título de beata Teresa de Calcuta.
Agnes descubrió su vocación desde temprana edad, y para 1928 ya había decidido que estaba destinada a la vida religiosa. Fue entonces cuando optó por cambiar su nombre a «Teresa» en referencia a la santa patrona de los misioneros, Teresa de Lisieux.
Si bien dedicó los siguientes 20 años a enseñar en el convento irlandés de Loreto, comenzó a preocuparse por los enfermos y por los pobres de la ciudad de Calcuta. Esto la llevó a fundar una congregación con el objetivo de ayudar a los marginados de la sociedad, primordialmente enfermos, pobres y personas que no tenían hogar.
En la década de 1970 era conocida internacionalmente y había adquirido reputación de persona humanitaria y defensora de los pobres e indefensos, en parte por el documental y libro Something Beautiful for God, de Malcolm Muggeridge.
Obtuvo el Premio Nobel de la Paz en 1979 y el más alto galardón civil de la India, el Bharat Ratna, en 1980, por su labor humanitaria.
A ellos se sumaron una decena de premios y reconocimientos de primer nivel, nacionales como internacionales.
Su último mensaje fue este:
“Amaos los unos a los otros, como Jesús os ama. No tengo nada que añadir al mensaje que Jesús nos dejó. Para poder amar hay que tener un corazón puro y rezar. El fruto de la oración es la profundización en la fe. El fruto de la fe es el amor. Y el fruto del amor es el servicio al prójimo. Esto nos trae la paz. Teresa de Calcuta, agosto 1997.”
Les agradecemos Rotaractianos por marcar la diferencia a través del servicio a la humanidad y así seguir el ejemplo de la madre Teresa de Calcuta.