Hoy es día de la Arquitectura en la República Dominicana. Dicha fecha es en honor al arquitecto Guillermo González, quien nació el 3 de noviembre de 1900 en la ciudad Colonial de Santo Domingo, la trayectoria de vida y de trabajo de este prominente arquitecto dominicano al cual el destino le depararía el ser el primer arquitecto moderno del país.
Guillermo González había trabajado en los talleres de dibujo de la Oficina de Obras Publicas que organizaran los norteamericanos durante la primera intervención. Con un talento indiscutible para el dibujo, González sale del país y se matrícula en la escuela de arquitectura de la Universidad de Yale con una edad superior a la mayoría de los estudiantes.
Al termino de sus estudios de arquitectura gana, entre 370 competidores , el primer lugar del concurso del Instituto de Beaux Arts para una beca en la Escuela de Bellas artes de Fontaineblue, pero su nacionalidad dominicana, que mantuvo durante toda su vida, le impidió acceder al galardón que consistía entre otras cosas en un viaje de estudios a Europa. Afortunadamente el segundo mejor estudiante de la promoción, de familia acaudalada, tuvo el generoso y digno gesto de invitar a González a ese viaje.
La escuela de arquitectura de Yale forma arquitectos en esos años bajo la educación clasicista llamada “Beaux Arts”, Guillermo González fue hechura de esa educación pero fue capaz de apostar posteriormente por el Moderno y se especula que conoce el esa nueva forma de hacer arquitectura en aquel viaje a Europa, que en los años de 1930, fecha del viaje, estaba en total efervescencia en todos loa aspectos, políticos, económicos y culturales y los primeros maestros de la modernidad tenían su ora ortodoxa realizada. Curiosamente en el cuaderno de dibujo que lleva a Europa no aparece ninguna obra moderna. Al final de su viaje a Europa concluye con una estancia de trabajo en Málaga donde conoce a su futura esposa, después viaja a los Estados Unidos de nuevo antes de regresar a su país.
De vuelta a Santo Domingo, González construye una pequeña vivienda de madera en la actual calle Crucero Arhens que se reputa como su primer diseño en la capital. Posteriormente gana el concurso para el antiguo Parque Ranfis, primer gran espacio publico con visos de modernidad, diseñado con una axialidad clásica y una relación excepcional con el horizonte es el único espacio publico del barrio de Ciudad Nueva, construido en la llamada Sabana del Estado que sirviera como tumba colectiva para las victimas de ciclón de San Zenón de 1930.
Al final de la década de 1930, en 1939 específicamente, diseña el primer edificio consistentemente moderno de la ciudad de Santo Domingo, resuelto casi en su totalidad de acuerdo a los cinco puntos de Le Corbusier (Planta libre, fachada libre, ventanas alargadas, estructuras sobre pilotis y techo jardín (único de los puntos no presentes en el diseño de González) el Edificio Copello, aun en su inconcebible estado de abandono, es una de las piezas paradigmáticas de la arquitectura dominicana, aun de constituirse (por su forma) en un elemento común de la arquitectura moderna en toda la América Latina.
Durante las próximas dos décadas la arquitectura de Guillermo González marcó el derrotero de la arquitectura dominicana y, posiblemente de la región del Caribe. Su Hotel Jaragua fue modelo para muchas instalaciones hoteleras del Caribe, como prueba solo basta citar que las autoridades puertorriqueñas enviaron a los ejecutivos de la cadena Hilton a ver el Hotel Jaragua para convencerlo de su acierto al escoger el diseño de la firma Toro y Ferrer como ganador del concurso para el Hotel Caribe Hilton en San Juan.
Al final de su existencia Guillermo González exploró de nuevo el historicismo en que había sido educado en Yale y su ultima obra , el antiguo Bank of America, donde próximamente se instalara el Hard Rock Café, resuelta en un neohispánico tradicional, se encuentra situada al lado de una de sus obras, el Conde 15, marcadamente Moderna.
Por esas razones, expuestas apretadamente en este trabajo el Grupo Nuevarquitectura solicitó y logró (decreto 503 de 1988) del Poder Ejecutivo, que el día de su nacimiento, 3 de noviembre, fuese instaurado como el Día de la Arquitectura Dominicana.
Guillermo González murió solo y prácticamente olvidado a los 70 años de un infarto que le sorprendió en su apartamento el 13 de noviembre de 1970, pero dejo un legado que, a pesar de haber sido casi sistemáticamente destruido y/o modificado, representa lo mejor de la arquitectura del siglo XX en la República Dominicana.